• Situación de partida

El principal problema del río Manzanares en la zona de El Pardo era su represamiento debido a un tapón de sedimentos que arrastraba el arroyo de Trofa y que se había convertido en una isla de grandes dimensiones. La hidromorfología del cauce se había visto afectada, principalmente por la homogeneización del régimen de caudales en el río y el incremento de procesos erosivos y vertidos de varias depuradoras en la cuenca del arroyo de Trofa. Como consecuencia, a lo largo de casi dos kilómetros, el río Manzanares había dejado de funcionar como tal, convirtiéndose en un pequeño embalse.

Además existía un azud en este tramo del Manzanares que actuaba como una barrera, impidiendo el libre movimiento de los peces río arriba para su reproducción, y afectando gravemente los desplazamientos del barbo común (Luciobarbus bocagei) y otras especies piscícolas del río Manzanares.

Árboles muertos por incremento del calado de río, en la zona represada por el tapón del Trofa. Se puede observar que la continuidad hidrológica y ambiental estaba muy limitada

El azud de El Pardo suponía una barrera que impedía la movilidad natural de los peces autóctonos del río

Nueva estructura de la confluencia, que se ejecutó para recibir la desembocadura del arroyo de la Trofa. Se retiró una parte sustancial de los sedimentos acumulados en el tapón preexistente

  • La Actuación

En cuanto al tapón, fue necesario excavar un nuevo brazo sobre los sedimentos acumulados, de manera que se fuese retirando el agua embalsada y se recuperase un río fluyente. Actualmente el papel de este brazo es el de recoger las avenidas del arroyo de Trofa y los sedimentos que pueda traer, trasladándolos río abajo. De esa manera se ha reducido considerablemente el riesgo de formación de un nuevo tapón y se ha recuperado la anchura original del río.

En el caso del azud, debido a la concesión de la que disponía dicha infraestructura y las funciones que aun cumplía, se propuso la creación de una rampa para peces encastrada en el mismo, que permitiese el libre paso de los peces, mejorara el tránsito de sedimentos y nutrientes, y al mismo tiempo posibilitara que la infraestructura mantuviese su función inicial.

Nuevo cauce creado en la confluencia, antes de la apertura del tapón de sedimentos

Momento de la apertura del nuevo brazo de la confluencia, en Somontes, el día 12 de diciembre de 2017. Se aprecia el salto que produce el agua embalsada

Estado de las obras de la rampa el 19 de diciembre de 2018

Reapertura del cauce principal del río Manzanares, que provoca el segundo descenso en el nivel del remanso que tenía el río, el 24 de enero de 2018

  • El Resultado

Una vez retirados los sedimentos del tapón, la lámina de agua del remanso descendió casi un metro de altura. Esto ha supuesto la recuperación de casi 800 metros de río, que vuelve a fluir y que permite la presencia de orillas donde puede desarrollarse la vegetación propia de la ribera.

La rampa de peces construida está considerada como un ejemplo único de la aplicación de la ingeniería hidráulica en nuestro país, consiguiendo la plena permeabilidad y contribuyendo al tránsito piscícola. Con ella el río ha quedado libre de obstáculos para los peces desde la presa de El Pardo hasta el tramo urbano de Madrid. Actualmente los peces, grandes y pequeños, incluso los que no tienen capacidad para saltar, puedan remontar el río y satisfacer sus requerimientos de desplazamiento tanto para la reproducción como para buscar lugares adecuados para alimentarse y refugiarse.

Tras cinco días de la reapertura del brazo original del Manzanares se aprecian los efectos del nuevo descenso del nivel del agua

Rampa para peces en la primavera de 2021

Zonas anteriormente inundadas ya han dejado de estar cubiertas por el agua, y tras la retirada de la vegetación muerta se recuperarán cómo bosques de galería ribereña. Febrero 2018

Rampa de peces del azud de El Pardo, finalizada y funcionando correctamente