Los detalles del estudio histórico quedan desarrollados en el apartado de Antecedentes de esta página.

CONCLUSIONES

  • Pérdida de diversidad geomorfológica

La alteración del régimen de caudales en el río Manzanares ha transformado un régimen de características torrenciales a otro mucho más homogéneo en cuanto a su rango de caudales extremos.

En el arroyo de Trofa, los regímenes también se han homogeneizado debido, principalmente, al volumen de los efluentes de las estaciones depuradoras que multiplican las aportaciones que corresponderían al régimen natural de dichos tramos.

Además la impermeabilización de la cuenca del arroyo de Trofa provoca el aumento de la velocidad del agua de escorrentía y un incremento del volumen de agua total debido a la pérdida de capacidad de recarga del suelo, durante las lluvias, y en las épocas de estiaje el caudal de los ríos desciende como consecuencia de la disminución de almacenamiento de agua en el subsuelo, suprimiendo el mantenimiento de las escorrentías lentas y naturales, liberadas de forma gradual.

El descenso en el aporte de sedimentos, debido a los procesos de colmatación del embalse y al sellado del territorio, da lugar a aguas limpias o libres de sedimentos, efecto conocido como “hungry water” (Kondolf, 1995), que unido al aumento en la escorrentía en periodos de lluvia, se traduce en fenómenos de erosión del lecho y las orillas.

Como consecuencia, encontramos alteraciones geomorfológicas como la fuerte incisión lineal (erosión del lecho) que da lugar a cauces más profundos, limitando la conectividad lateral, es decir, las interacciones entre el cauce y la llanura de inundación, provocando un descenso del freático.

En efecto, el trazado geomorfológico del cauce del Manzanares ha pasado de estar constituido por un cauce trenzado con gran tendencia a la sedimentación en forma de depósitos de arena a un canal único, más estrecho y de mayor calado mejorando su estabilidad y capacidad de transporte de sedimentos. Tanto la menor frecuencia con la que ahora se producen las avenidas mayores como la mayor frecuencia de caudales bajos ha provocado una mejora en la estabilidad del tramo y una variación significativa en su morfología. El resultado de todos estos procesos es una gran pérdida de diversidad geomorfológica algo clave en el sistema fluvial, ya que es la respuesta al funcionamiento de la cuenca y a su vez origen de la diversidad biológica.

En el arroyo de Trofa la consecuencia principal es la acreción o colmatación de su desembocadura en el Manzanares debido al predominio de la deposición sobre la erosión derivada de los desajustes hidrológicos provocados aguas arriba, consecuencia del crecimiento urbanístico.

En el caso del Manzanares la falta de conexión transversal se ha visto aumentada por las extracciones de áridos y por las obras de acondicionamiento. Estas obras se han reducido a dragados y eliminación de islas en el cauce, y a la ejecución de motas o diques longitudinales para evitar el desbordamiento y la inundación y facilitar la ocupación urbanística de la llanura de inundación.

  • Evolución de cubierta vegetal

El caso de la evolución de la vegetación riparia es muy distinto en ambos cursos de agua.

  • En el Manzanares, como consecuencia de la reducción del número y caudal punta de las crecidas, se ha producido la estabilidad morfológica del cauce lo que ha favorecido el rápido desarrollo de una vegetación de ribera madura. Esta vegetación, debido al mencionado descenso del freático, se ha visto obligada a aproximarse progresivamente al cauce, colonizando las orillas, islas y barras del cauce.
  • En el arroyo de Trofa, la excesiva carga cinegética impide la regeneración del encinar y de la vegetación ribereña, que junto con la alteración de caudales comentada en el apartado anterior, se traduce en una mayor carga de sólidos a los cursos fluviales.